Afganistán es la economía número 110 por volumen de PIB. Su deuda pública en 2014 fue de 977 millones de euros, un 6,35% del PIB y su deuda per cápita de 31 € euros por habitante. Su moneda es el Afgani, que se divide en 100 puls. Es uno de los países más pobres del mundo. En el terreno laboral, los mayores problemas son el desempleo y la falta de funcionarios y trabajadores cualificados. Afganistán depende de la agricultura, el 61% de la población trabaja cultivando cereales, frutos secos, frutales y algodón. La agricultura se realiza en su mayoría en las llanuras del norte. También existen importantes rebaños de ovejas y artesanía de alfombras. También posee grandes reservas de gas natural y una industria de textiles y alimentos en incipiente desarrollo. El bajo desarrollo de la economía afgana se debe, en general, a la situación de guerra permanente que vive el país, a la falta de un gobierno central efectivo y a que la sociedad esta fragmentada en grupos tribales. La economía de comenzó a recuperarse rápidamente después de la caída del Talibán, pero el país sigue siendo uno de los más pobres del mundo, según el Banco Mundial. Se estima que aún se necesitan otros diez años de ayuda económica continua para que el país pueda elevar sus niveles de vida. Más del 12% de la población está involucrada en la producción de opio y los cultivos siguen creciendo a pesar de los programas para su erradicación. La ONU describe este incremento como una "nueva y preocupante tendencia". Por la posición geográfica excepcional de Afganistán, situado entre la península india, la meseta iraní y el Asia central, su historia, su arte y su arqueología siempre han sido sensibles a la influencia de las regiones vecinas. Desde el paleolítico superior, el neolítico y la edad de bronce, Afganistán siempre ha sido un pasillo para los intercambios entre las culturas caspia, bactriana e hindú. Entre 1600 y 1000 antes de Cristo, el país estuvo habitado por las poblaciones de origen indoeuropeo. Las principales actividades económicas fueron, hasta el siglo XX, el pastoreo y el cultivo del opio. Pese las victorias militares sobre los británicos, la presión económica del mercado mundial obligó a Afganistán a hacer concesiones y a iniciar un proceso de occidentalización, creando un ejército inspirado en los modelos europeos, fundando los primeros colegios laicos y adoptando un régimen político de monarquía constitucional parlamentaria. Exportaba en el mercado: materias primas (lana, algodón, extracciones mineras como plomo, cobre y plomo) e importaba productos manufactureros